ANÁLISIS DE 500 PALABRAS
INVESTIGACIÓN
1968 EL
"AÑO MÁGICO"
El 68 fue en diversos lugares del mundo un
año mágico.
La rebelión juvenil mundial de 1968 dejó
una marca en la cultura. Fue una revolución contra el autoritarismo y las
costumbres, con objetivos distintos y con diversos resultados. En su conjunto,
situó de nuevo al hombre frente a los desafíos que enfrenta su libertad.
A lo sumo podría hablarse de revolución cultural, en la medida en que los
tres ámbitos principales de la cultura, la familia, los medios y la enseñanza,
sufrieron una sacudida que les cambiaría profundamente. La gran movida fue
breve y en la mayoría de los lugares se impuso el retorno al orden. Se había
puesto en marcha un proceso, lento pero imparable, de cambio de costumbres y
modos de vida, cuyos efectos políticos y legales se fueron concretando
lentamente.
Aquí surge una novedad: el protagonismo de los jóvenes y el carácter civil
–alejado de las estructuras de poder– de la revuelta.
Por primera vez, los jóvenes, en diversos lugares del mundo asumían el
papel de sujetos del cambio social. Sin duda, tiene que ver con el bienestar de
los años de posguerra, y con la extensión social de la enseñanza superior. Casi
todas las movidas del 68 tienen en las universidades su punto de partida. Casi
todas ellas eran la reacción frente a formas cristalizadas de autoritarismo.
En París fue la Universidad, Nanterre, el motor de la movida por cuestiones
que tenían que ver con la liberalización de las costumbres.
En México, en Estados Unidos,
en Berlín, también fueron los estudiantes con voluntad
de liberalizar el mundo universitario los que protagonizaron las
movilizaciones.
Fueron años en que las organizaciones pro derechos civiles adquirieron
mucha fuerza en la lucha por los derechos de las minorías.
Después, estas organizaciones se
hicieron más fuerte en las calles y callejuelas del Barrio Latino, consiguiendo
la alianza con los trabajadores que dio lugar a una huelga general sorpresa y a
la gran manifestación del 13 de mayo.
La contestación del 68 fue un intento, de romper la presión
asfixiante de un espacio familiar y un espacio político claramente
retardatarios, que empezaban a ser un obstáculo para el desarrollo de las
sociedades modernas. Una generación de jóvenes se encontraba ante la
posibilidad de pensar en algo más que los problemas de subsistencia, pero
chocaba con una cultura y unas costumbres muy rígidas a derecha e izquierda.
Los estudiantes buscaban crear espacios libres donde romper
los esquemas de la moral dominante. El Barrio Latino parisino se convertía así
en una metáfora topológica: un lugar común en el que cada cual pudiera actuar
con plena autonomía. La contestación terminó mal en todas partes, pero la
liberalización de las costumbres, la desjerarquización de las relaciones
sociales y la consolidación de los movimientos en defensa de los derechos
civiles no dejaron de hacer camino desde aquel momento.
La amalgama
ideológica era tal que se hace difícil establecer los referentes ideológicos de
aquellas movidas. Las apelaciones al marxismo, al trotskismo y al leninismo
eran abundantes. Pero fue significativo el énfasis en la relación entre sexo,
psicología y política lo cual marco buena parte del pensamiento de la época.
Aquella
experiencia marcó a la generación de los que en el año 68 rondaban los veinte.
Por otra parte, la pulsión antiautoritaria, tal vez la mejor herencia de
aquellos años, también generó monstruos.
El costo de
esta revolución fue una gran cantidad de víctimas alrededor del mundo que
lucharon y murieron por sus ideales de libertad.
Lo mejor de
la herencia del 68 es la cultura de la sospecha, la actitud que consiste en
poner siempre en cuestión cualquier enunciado que se nos ponga por delante y no
dar nunca por definitivas las ideas recibidas; y el acento libertario, la
autonomía del individuo frente a todas las promesas comunitaristas, culturales
o religiosas. Cuarenta años después estas dos actitudes se echan de menos a la
hora de romper las nuevas formas de autoritarismo basadas en el triángulo que
forman la seguridad como ideología, la competitividad como principio de vida y
el sálvese quien pueda como destino.
PREGUNTAS:
¿Cuál
es mi rol como estudiante universitario/a en presente del Ecuador?
Mi
rol fundamental como estudiante universitario es estudiar con responsabilidad,
analizando el conocimiento que se me imparte y correlacionándolo con la
realidad de mi país para de esta manera poder formar un criterio y pensamiento
claro de mi vida presente y futura.
Mi
pensamiento me ayudara a ser una persona libre con mis propias ideologías y
creencias.
¿Cómo
puedo impactar el futuro de mi sociedad de manera positiva además de ser
excelente estudiante?
Mi
profesión y las personas que con ella ayude será mi mejor legado. Servir y
brindar mis conocimientos será la mejor manera de impactar a mi entorno social.
Luchar por mi libertad y mis ideales haciéndolos respetar es la mejor enseñanza
que puedo dejar.
MATRIZ
me parece muy bien que nos hayan dado un tema asi ya que no teniamos el conociento de esto de lo que habia pasado en un año asi y asi aprendemos algo mas de los derechos y obligaciones que tenemos como estudiantes
ResponderEliminarChicos muy bueno su análisis, muy objetivo y certero, y en relación con el art{iculo 83, estoy convencida al igual que su compañera que todos han aprendido y conocido algo nuevo, que les va a servir en su vida personal y profesional.
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